jueves, 31 de enero de 2008

SALVA RIBAS, MI AMIGO


EN MEMORIA DE MI SIEMPRE AMIGO SALVA


Estos días estoy viviendo una etapa llena de reconocimientos y sueños cumplidos que nunca imaginé que pudieran pasar. Cierto es que en la cabeza de todos los aficionados a este deporte, ven al futbolista como un ser distante que se mueve en otra órbita y muy alejado de la realidad. Esa es un poco la percepción que me llega de los comentarios de la gente y, muchas veces, son erróneos pues no acaban de conocer verdaderamente todo lo que un jugador puede haber luchado y sacrificado en su vida por llegar donde unos pocos sólo pueden llegar. Me refiero a ver limitada tu juventud y tu infancia: no puedes salir apenas con los amigos, no puedes disfrutar los fines de semana y muchas otras cosas que se van dejando en el camino.


Siempre me acordaré de mis inicios cuando salía de mi barrio, Badía del Vallés (más que un barrio, un gran pueblo). Recién salido de la jornada escolar me encaminaba hacia el entreno en Barcelona recorriendo autobuses, metros y la inestimable ayuda paterna. Se entrenaba tarde y se volvía al hogar aún más tarde. Recuerdo mi hora de llegada, a eso de las once de la noche con mi cena en la mesa y disponiéndome a hacer los deberes del día siguiente. Perdíamos mucho tiempo en cada trayecto de ida y vuelta al entreno. Un día y otro sin descanso. Jornadas de prácticamente dieciséis horas entre estudios y deporte. Lo mejor del día era estar con tus compañeros.



De hecho es lo mejor de este deporte: los amigos que llegas a hacer. Lamentablemente, no todos podían pasar las cribas de fin de temporada e ibas perdiendo por el camino a gente con la que habías compartido tantas cosas. De vez en cuando me encuentro a algún ex compañero y me hace muchísima ilusión ( incluso, alguno ha llegado a contactar conmigo a través de esta web).Tanta gente que dejas en el camino, tantos recuerdos, tantas historias que contar…Pero hubo un día en el que todos perdimos a alguien muy querido. Un día en que perdí algo muy valioso.No quiero decir que se perdió para siempre porque todos sus amigos y gente que le queremos, lo llevaremos dentro allá donde quiera que esté.


Salvador Ribas Miró venía con su padre cada día desde la Bisbal del Penedés hasta el entreno para intentar conseguir su sueño. Un gran esfuerzo tanto suyo como de su padre pero que se veía recompensado con la ilusión que traían cada día. Era un futbolista magnífico y un chaval adorable que a todos caía bien. Al final de temporada siempre organizábamos una comida en su pueblo con toda la plantilla y jugábamos chavales contra padres. Era un día grande para todos y me quiero quedar con ese grato recuerdo.


Trágicamente, perdimos a Salva en un accidente de tráfico hace unos años. Su familia me visitó hace unos días en la ciudad deportiva. Contactó su hermana conmigo a través de esta web. David García y yo compartimos vestuario con Salva y siempre lo llevaremos en el corazón. A su familia espero darle muchas fuerzas y que sigan siendo como siempre les conocí. Saben que aquí siempre tienen una familia y que toda mi familia y yo, llevaremos muy dentro a su hijo.

Moisés Hurtado