22h/TV3 - La Sexta - La igualdad marca un Espanyol-Barça con la pasión de los de antes.
Xavier Muñoz - 01/12/2007
Será tremendo: un derbi de tú a tú. Espanyol y Barça disputarán esta noche en Montjuïc un partido de los de antes, de esos que los clásicos llamaban de 'la máxima' y que durante buena parte del Siglo XX, por lo menos hasta la década de los 70, se vivían con dosis especialísimas de pasión e incertidumbre por su incidencia en la clasificación. Aunque un Espanyol-Barça siempre ha sido un Espanyol-Barça, durante muchos años se presentó habitualmente como un pulso desigual en favor de los azulgrana. Quedaba siempre el morbo puntual, las ganas de fastidiar al rival ciudadano, pero cuesta recordar un partido tan 'empatado' como el de hoy antes de jugarse.
Clasificación contra revancha
Tanto es así, que apenas dos puntos separan a ambos equipos, con lo que el Espanyol asume que un triunfo este noche supondría superar en la tabla al Barça. La lista de alicientes es extraordinaria por su abundancia. Para empezar, el Barça también tiene su prurito: llega al Estadi Lluís Companys con el recuerdo traumático y aún reciente del último derbi en el Camp Nou, cuando un gol en el último minuto del icono blanquiazul Raúl Tamudo le privó virtualmente del título de Liga.
Para que un derbi sea derbi hace falta un punto de tirria mutua. Parece que los directivos de ambos clubs se lo han tomado al pie de la letra y han decidido, un año más, comer cada uno en su casa.
Además, consumido un tercio de la Liga, los dos equipos ocupan posiciones Champions. El Barça es tercero con 27 puntos, a dos del liderato, y el Espanyol es cuarto con 25. El Espanyol, pletórico, no ve el techo a sus aspiraciones gracias al discurso singularmente ambicioso de su entrenador, Ernesto Valverde, rompiendo con la tradición miedosa de muchos de sus antecesores. "Queremos quitarles el balón" y "es la oportunidad de ponernos terceros" proclamó ayer el entrenador 'perico'. Fuerte con los fuertes, el equipo blanquiazul puede alardear de haberse cargado ya a Valencia, Sevilla y Real Madrid y de haber empalmado nueve jornadas sin derrota, con seis triunfos incluidos.
El Barça, preocupado por el pírrico bagaje obtenido en sus salidas, donde apenas ha sido capaz de ganar al Levante, transmite una imagen mucho más cauta, por no decir insegura. Su entrenador, Frank Rijkaard, no tuvo ningún reparo en rechazar ayer el papel de favorito por visitar "a uno de los equipos más fuertes de la Liga, aún más fuerte contra los grandes".
El Mundo Deportivo
