viernes, 9 de noviembre de 2007

MOISÉS, UN SPORTMAN según JUAN TERRATS


Juan Terrats

Redacción Deportes de El Periodico -
9-11-2007

¿Qué debió pensar Moisés el día que debutó con el primer equipo del Espanyol en Montjuïc en un ya lejano mes de mayo del 2002? ¡Qué mal rollo se respiraba en el recinto olímpico entre la afición y Paco Flores!¡Cómo es posible que el público pitara a Tamudo, autor del único gol catalán, cuando fue a celebrarlo junto a su entrenador! Moisés, que llevaba tres temporadas en el filial, debutó en el minuto 77 en Primera División sustituyendo a Fran, el lateral diestro.

Aquel día el Espanyol alineó a Mora, Fran, Rotchen, Catalá, Ricardo, Morales, Sousa, De Lucas, Munteanu, Pacheco y Tamudo. Cinco años después, solo aguanta el incombustible Tamudo...y Moisés, otro producto de la cantera. Moisés: Debutante. "Dio robustez en la zona ancha". Este fue la sucinta reseña que un servidor escribió ese día en el uno x uno de El Periódico.

Cada día que pasa estoy más convencido de que le pasó factura su condición de canterano de Paco Flores. ¿Por qué? Porque debutó y desapareció del primer equipo entre una cruenta guerra entre la afición, un sector del consejo y el entrenador. Por eso, este tío, este jugador que basa su juego en su físico, debe tener un carácter fuerte y una personalidad acusada, porque no es fácil regresar a Primera tras otros tres años jugando entre Segunda B y Segunda A.
Tocó el cielo, bajó a los infiernos y volvió a resurgir después de una milagrosa cesión en el Eibar. ¡Qué bien le vino esa temporada a Iraizoz y a Moi! El centrocampista catalán siguió los pasos de Tamudo, de Morales…, de una serie de jugadores con cabeza que aceptaron una cesión para adquirir minutos y afianzarse. Moisés, en Eibar, se dio cuenta que podía ser jugador de Primera, que servía para dar patadas al balón

Debo de reconocer que tengo debilidad por los canteranos después de que un exentrenador del Espanyol me pegara una espectacular bronca cuando "maté" en una crónica a Mágico Díaz en el día de su debut. Aquel entrenador, que sigue en el club, me dio una lección: a los canteranos hay que apoyarlos desde el primer día. Como a Moisés.

Debo de reconocer también que tengo debilidad por aquellos futbolistas que han podido compaginar el balón, los partidos y los entrenamientos con una carrera universitaria. Hay muy pocos; Moisés es uno de ellos. Su esfuerzo debería ser el faro que dirigiera a los chavales del fútbol base perico.
Trabajo, seriedad, esfuerzo, ganas, compañerismo, sencillez, entrega, un tío generoso en el campo que no ha cambiado su forma de ser a pesar de convertirse en un nombre habitual de las jornadas dominicales de Primera División.

Moisés hubiera sido un futbolista más en la primer once de la historia del club blanquiazul. Por ser un loco del fútbol y por ser universitario, al igual que aquellos fundadores del Espanyol de 1900. O sea, por ser un sportman.
Juan Terrats