miércoles, 7 de noviembre de 2007

MOISÉS, LA SERIEDAD CONVERTIDA EN ALEGRÍA según SIQUE DAMIÁN RODRIGUEZ

Sique D. Rodriguez

La Graderia - ONA Fm
6-11-2007

Hablar de Moisés es hablar de sensatez, de equilibrio, de sencillez… Es el futbolista que aplica sobre el campo las virtudes que tiene como persona. Sensato porque sólo se atreve a hacer aquello que sabe hacer. Precisamente por eso el fútbol es un juego de equipo y su misión es la de fomentar el equilibrio. Él ejerce de bisagra, de pegamento que une las diferentes líneas. Es como el tapón de la bañera. Aquel que cuando lo sacas, el agua se escapa y por muy bonitos que sean los patitos no podrán nadar en ella. La sencillez que le caracteriza como persona, lo define en el campo. Hace el fútbol más fácil. Es el que roba cuando tiene que robar y da el pase a quién lo tiene que dar. Conoce más que nadie su función. Es un hombre que sabe ser cercano sin perder la distancia, que cae simpático sin tener que bromear (que si hay que hacerlo se hace) y que habla claro sin salirse de tono. Una de sus mejores virtudes es hacer de la seriedad un elemento de simpatía. Es un rara avis del fútbol porque ha llegado donde quería habiendo trabajado mucho pero, en cierto modo, sin buscarlo. Sabe que el fútbol de niños es una cosa y el de profesionales otra. No es lo mismo jugar por diversión que hacerlo para ganarte la vida. Es consciente de que los futbolistas son unos privilegiados pero a la vez también recuerda que no es oro todo lo que reluce, aunque esto parezca no ser más que un tópico. No olvida su cabeza pese a ganarse la vida con sus pies. Y eso cuesta. Cuesta por horarios, cuesta por el ambiente en el que te mueves y cuesta porque muchas veces te acabas creyendo alguien que no eres. Y Moisés no es así. Él sabe que en la vida hay cosas que se tienen que hacer aunque a uno le cueste. Es la cultura del esfuerzo aplicada a muchos ámbitos. Seguramente el que más interesa a la gente es el campo pero tal como van las cosas también se valora que, de vez en cuando, aunque sólo sea de vez en cuando, un futbolista también se esfuerce fuera de él. Y Moisés sí es así.
Sólo tiene un “pero” aunque él no lo reconozca. Por favor, Moi, deja ya de alabar a Bumbury, eres demasiado pesado.

Sique D. Rodriguez