viernes, 12 de octubre de 2007

MOISÉS: SERENIDAD, EQUILIBRIO Y HUMILDAD según JOAN GOLOBART


Joan GOLOBART

Ex-jugador del RCD Espanyol.
Sub Campeón Copa de la UEFA 1988.
Analista futbolistico del Diario LA VANGUARDIA.
9-10-09


El mundo del fútbol me apasiona y por este motivo suelo analizar muchas cosas. En muchas ocasiones me llaman atención actitudes o trayectorias de determinados jugadores. Sobretodo me seducen aquellos jugadores que como yo les cuesta llegar a primera, pero que son capaces sin desanimo alguno de no cejar en su empeño. Ese tipo de personas que siempre confían en sus posibilidades aunque el entorno no les otorgue el premio que merecen y eso es lo que me atrajó de Moisés.

Tambien me llamó la atención un posible paralelismo entre su carrera y la mía en que no conseguimos asentarnos en primera hasta los 24 años. Curioso hasta los 24 no estas demasiado considerado y a partir de entonces los entrenadores te cuelgan el cartel de imprescindible. Nuestras similitudes llegan hasta el ser subcampeones de la UEFA, pero mantengo la ilusión de que Moisés un día ganará este torneo.

Si tuviera que definir a Moisés utilizaría prioritariamente tres conceptos; serenidad, equilibrio y humildad. Serenidad porque en muy pocas ocasiones traslada la sensación de nerviosismo a sus compañeros y eso es un activo fundamental para un buen pivote defensivo. Equilibrio porque esa capacidad que tiene para escanear constantemente el terreno de juego le permite escoger la mejor opción o la menos arriesgada y de esta manera genera una rutina constante de estabilidad en el equipo. Humildad porque no le importa trabajar en la oscuridad para el bien del colectivo, ni para resarcir un error de un compañero. Esa humildad algo no muy frecuente en el mundo del fútbol tambien se ve reflejada en sus declaraciones o en las valoraciones de los partidos. Por muy bien que vayan las cosas siempre tiene la capacidad de observar acertadamente aquellos aspectos que deberían mejorarse.

Si hiciéramos un símil con la arquitectura Moisés es como esa estructura de acero que tienen todos los rascacielos pero que nadie la observa porque están recubiertos de diferentes materiales que la gente admira. Pero la base, el soporte del edificio es la estructura como lo es Moisés para el RCD Espanyol. Afortunadamente en los banquillos suelen sentarse grandes entrenadores que reconocen en la actualidad esa faceta imprescindible de Moisés. Es más, yo creo que hay una relación directa entre el juego de mí admirado jugador con los resultados del equipo. Si Moisés juega bien el Espanyol empata o gana el partido.

Pero hace muy poco tuve la desfachatez de darle un pequeño consejo y es que Moisés a través de su humildad debe mejorar, o mejor dicho ser algo más ambicioso. Existen dos aspectos en los que tiene un buen potencial pero que no le saca el debido partido. Por un lado los balones aéreos ofensivos que debería rentabilizar con más goles de cabeza y por el otro su disparo desde fuera del área que debería intentarlo con cierta frecuencia. Es cierto que la labor de un pivote defensivo siempre viene acompañada de constantes golpes que acaban alterando el equilibrio muscular, faceta en la que él puede salir perjudicado. Pero en el fútbol solo existen dos caminos, el de la obsesión por mejorar que lleva consigo un mayor rendimiento o el conformismo que acaba minando tu rendimiento. Por lo tanto su objetivo debe ser el primero que le acabara garantizando una titularidad en el Espanyol continuada y porque no, una internacionalidad que para mí ya tendría que llegar.


Joan Golobart