Hoy es un día de luto para toda la gente que ama
el deporte. Sucesos como la muerte de Antonio Puerta, te hacen cambiar la perspectiva sobre muchas de las cosas que nos rodean en nuestra vida cotidiana. Son hechos que por su magnitud e impacto llegan a muchos ámbitos de la sociedad, rompen barreras y nos hacen ver lo vulnerables que realmente somos. Tragedias como esta, son las que nos hacen parar y reflexionar, aunque solo sea de manera temporal, de por qué vivimos crispados, enfrentados o encolerizados, cuando realmente no sabemos qué nos deparará el mañana.
Tristemente, se ha tenido que vivir un drama así, para que dos aficiones ferozmente enfrentadas olviden sus rencillas, y puedan unirse aunque sólo sea por unos días.
Incluso en estos instantes, asoman personajes que buscan el enfrentamiento, por como se debe gestionar el luto por la muerte del jugador : la suspensión del Gamper o del Bernabeu, organizar homenajes, aplazar la jornada liguera o valorar si compañeros de la selección debieran o no jugar.
Todas estas discusiones alrededor del trágico suceso, no hacen más que intoxicar, ya que en mi opinión, los sentimientos de cada uno, nadie debería juzgarlos. Es un momento para reflexionar, sobre muchas de las cosas que pasan en el mundo del fútbol y, sobre todo, la expresión de sentimientos que provoca en la gente, pasión, emoción y agresividad, que excede toda lógica.
Ante todo, Puerta no era un futbolista, era un joven de 22 años extrovertido y alegre. Mí más sincero pésame para la familia que ha perdido a uno de los suyos. Ellos serán quienes van a recordar a Antonio durante toda su existencia. Ellos son los únicos, para los que esta desaparición, va a crear un vacío irreparable. Desde aquí mi más sincera muestra de dolor. Por cercanía y magnitud nos ha calado hondo a todos.
Esperemos que perdure mucho tiempo en nuestro recuerdo.
Moisés Hurtado