Moisés comienza, por fin, una pretemporada sin el cartel de transferible. Ahora es uno de los intocables.
Moisés Hurtado fue, sin duda, una de las claves del gran año del Espanyol durante la pasada temporada. Pasó de ser un jugador transferible a titular indiscutible en un club en el que ha tenido que ganárselo todo a base de tesón y esfuerzo. Ahora es pieza clave del equipo, pero tiene claro que su techo aún está más alto. “En el Espanyol no lo he tenido nada fácil. Sinceramente creo que ningún entrenador confió a ciegas en mí, pero yo si que he creído en mí mismo. Después de la cesión en el Eibar cogí confianza y las cosas me han salido bien, pero creo que aún puedo crecer más”. El centrocampista se toma la pretemporada con ambición, pero huye del clima de entusiasmo que se está creando alrededor del equipo. “Es bueno tener confianza, pero los precedentes de este equipo son claros. Siempre que se ha hablado de ilusión ha sido cuando han llegado los batacazos más sonados. Debemos tener claro que este equipo funciona cuando jugamos al ciento veinte por cien. La temporada pasada dimos la talla ante los grandes, pero tuvimos despistes con algunos equipos modestos y eso nos condicionó en cuanto a puntos. Tenemos potencial para superar los 49 puntos que hicimos el año pasado”.